martes, 21 de enero de 2014

EL NUEVO PAPA (alguien tiene que decirlo)

En los tiempos modernos (si de la Iglesia hablamos) el único y verdadero renovador ha sido Juan XXIII. De perfil bajísimo, tranquilo y callado, cambió fundamentalmente la historia del Vaticano. Y ese cambio fundamental se proyectó y tuvo importante trascendencia en su época.

Pero el nuevo Papa, Bergoglio, simplemente hace gala de una pirotecnia verbal. Sus palabras son huecas de contenido. Por ejemplo, cuando arenga a la juventud diciéndole "Hagan lío" "Refresquen el Evangelio" ¿cómo se implementa, cómo se lleva a la práctica?

¡Ah! pero está reemplazando a unos con otros ¿Qué es lo que está haciendo realmente? Construir SU poder. Y eso tambien lo han hecho los anteriores.

Cuando se refirió inicialmente al aborto, algunos ya estaban preparando dossiers sobre revolución en el Vaticano. Pero al día siguiente reunió a grupos de médicos católicos y los conminó terminantemente a no practicar técnicas abortivas. Y cuando habló sobre volver a recibir en la Iglesia a matrimonios divorciados, una diócesis alemana puso en práctica sus palabras, pero recibió severas reprimendas. Acá no ha cambiado nada.

Tambien habla de concretar un sínodo de obispos para tratar modificaciones. Sobre sexualidad deja a merced de los vientos una ambigua encuesta.

Han quedado flotando en el aire temas importantes. El celibato sacerdotal... Una mayor participación de la mujer en la Iglesia... El transcurso del tiempo permitirá ver si realmente habrá cambios, o si (como cabe sospechar) habrán sido otras tantas muestras de su demagogia restallante.